La mayoría de los equipos de seguridad no tienen una escasez de datos; al contario, se están ahogando en ellos. Manejan TRIR, DART, informes de reclamos, puntajes de auditoría, recuentos de observación, mapas de calor, archivos de Excel corporativos, y tal vez un panel de control que se ve impresionante en las reuniones. Pero nada de eso le dirá por qué alguien se lastimó el hombro metiendo la mano en un contenedor de piezas o por qué las lesiones siguen ocurriendo en una estación de trabajo de “bajo riesgo”.
Eso se debe a que la mayoría de los sistemas se construyen alrededor de indicadores desactualizados. Rastrean las lesiones después de que ocurren, no los movimientos o condiciones que las provocan. Incluso entonces, esos registros de lesiones podrían no contar la historia completa. Un estudio revisado por pares por la institución Medicina Ocupacional y Ambiental descubrió que las lesiones no se suelen reportar, especialmente por trabajadores temporales o por contrato, por lo que es posible que los datos en los que usted confía no cuenten con señales de riesgo críticas.
Como lo explican los indicadores principales de las guías de OSHA, estas métricas con la vista hacia atrás no pueden ayudarle a detectar el riesgo de manera temprana ni a prevenir el siguiente incidente. No captan la tensión que llevó a la lesión, el pequeño ajuste que hace un trabajador para llegar a una herramienta que no fue diseñada para su altura, o el levantamiento incómodo repetido 400 veces por turno. Ese tipo de riesgo no aparece en los registros, y hasta que no lo detecte, se quedará tratando los síntomas en lugar de abordar la raíz de los problemas.
Para pasar de la reacción a la prevención, se necesita poder visualizar los momentos que sus reportes están pasando por alto, los cuales suelen escondidos en lesiones repetidas que parecen atendidas en teoría pero que permanecen sin resolver en el piso.
Puede citar sus datos medibles todo lo que guste, pero aún así no explican por qué la gente se está lesionando. Si alguien se lastima levantando bandejas en la Línea 3, su sistema registra “esguince/distensión” y sigue adelante. Pero lo que no le dice es que:
Por esto regresa la misma lesión. Puede aparecer en una estación de trabajo diferente o en otra instalación, pero siempre está ligada a la misma tarea. Es un patrón que se desarrolla silenciosamente, formando un ciclo silencioso:
Los sistemas de datos tradicionales no pueden romper ese bucle, porque no fueron diseñados para capturar cómo se lleva a cabo realmente el trabajo. Por eso la Guía de ergonomía de la OSHA motiva a los equipos a centrarse en cómo se llevan a cabo las tareas, no solo en lo que sucede después. Cuando falta esa visibilidad, las mismas lesiones siguen apareciendo, porque los riesgos detrás de ellas nunca se abordan.
Digamos que dos trabajadores están cargando paletas. Uno se levanta con una postura sólida y mantiene su torso cerca. El otro tiene que dar un paso lateral cada vez porque la transpaleta bloquea el camino. En la superficie, la tarea se ve igual, pero la tensión en el cuerpo es completamente diferente. Y a menos que alguien esté observando de cerca, nunca lo verá en los datos.
Aquí está la realidad:
Las investigaciones respaldan esto, mostrando una clara brecha entre la tarea que está escrita y la que realmente se lleva a cabo. Es por eso que si solo haces un seguimiento de los resultados, llega demasiado tarde. Es necesario ver el riesgo ergonómico donde realmente vive, en ángulos articulares, tasas de repetición, exigencias de fuerza y desviaciones de postura. Sin esa vista de nivel de movimiento, estará lidiando con indicadores rezagados y oportunidades de intervención perdidas.
Los datos de movimiento granulares brindan a los equipos de seguridad la evidencia para respaldar las decisiones que ya saben que son correctas. No tienen que adivinar qué estación de trabajo necesita ajustes. No necesitan esperar a que ocurra otra lesión en la espalda para pedir mejores mesas de elevación. Entrarán a la reunión de presupuesto con puntajes de riesgo, superposiciones visuales y un desglose claro de lo que está provocando esas tensiones.
No se trata de ser cauteloso. Se trata de arreglar lo que puede comprobar que está roto. No está confiando en una opinión. Tiene evidencia capturada en movimiento que muestra exactamente lo que necesita cambiar y por qué es importante. Ahí es cuando las operaciones dejan de resistirse. Ahí es cuando las finanzas se detienen a escuchar. Ahí es donde ocurre el cambio.
De acuerdo con el caso de negocio de OSHA para la salud y la seguridad, las empresas que invierten en medidas de seguridad proactivas ven costos reducidos y una mayor productividad. Y cuando esos cambios caen bajo controles de ingeniería, como el rediseño de estaciones de trabajo o los elevadores mecánicos, son más efectivos que cualquier sesión de capacitación o recordatorio. Pero si no cuenta con datos consistentes a nivel de tarea que respalden su caso, incluso las mejores ideas podrían caer sobre oídos sordos.
Las evaluaciones manuales de ergonomía son lentas. Algunas instalaciones solo pueden dedicar el tiempo para hacerlas una vez al año, si es que las hacen en absoluto.
Incluso cuando se llevan a cabo, se suelen basar en:
A medida que las empresas se alejan de los métodos tradicionales, los dispositivos vestibles podrían parecer el próximo paso lógico. Sin embargo, cualquiera que haya intentado escalarlos sabe que la realidad es mucho más complicada. Estos dispositivos son:
Y por si eso no fuera suficiente, el análisis de ENHESA destaca que los dispositivos vestibles podrían introducir nuevos riesgos, como molestias y distracciones, y dependen de una sólida infraestructura de red para funcionar correctamente. Entonces, si los métodos tradicionales son lentos y los dispositivos no son prácticos, ¿qué nos queda?
Los datos de seguridad tradicionales capturan lo que ya sucedió. Las evaluaciones manuales no pueden escalar. Los dispositivos vestibles son costosos, intrusivos y, a menudo, rechazados al implementarse en el piso. TuMeke fue construido para abordar estas limitaciones exactas, dando a los profesionales de seguridad una forma rápida y confiable de detectar y reducir el riesgo ergonómico antes de que alguien se lastime.
Con TuMeke, todo lo que se necesita es un smartphone. Grabe una tarea real, en un entorno real, durante un turno real. Nuestro sistema utiliza visión computarizada e IA para analizar el video, sin sensores, sin dispositivos y sin interrupción del trabajo en sí. En cuestión de minutos, obtendrá un perfil de riesgo ergonómico objetivo y con una variedad de datos que es claro, procesable y consistente en todos los equipos y ubicaciones.
TuMeke le da:
Es un sistema diseñado por expertos en ergonomía y construido para equipos de seguridad que no tienen tiempo que perder ni lesiones que lidiar. No necesita otro dashboard que se vea bien en las reuniones. Necesita datos que impulsan el cambio en el piso.
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